El lunes fue un día de mierda. No me levanté para ir a clase porque al haber estado todo el finde comiendo no tenía ningún motivo para salir de la cama. Hice el esfuerzo y fui a la Escuela de Idiomas, craso error, ya que cuando se tiene un día torcido es mejor no enfrentarse al mundo. Al salir hice mi ruta habitual para no encontrarme al friki porque él entra a clase justo cuando yo salgo (maldita la gracia), pero como hay dos salidas, normalmente no suelo tener problemas. Obviamente, el lunes los tuve. El muy cabrón estaba esperándome justo en la puerta. Sé que me estaba esperando a mí porque desde ahí no puede ver su aula ni si su profesor ha llegado y además ya eran pasadas las 6, por lo que me apuesto lo que sea a que su clase ya había comenzado. Yo me hice la loca, lo vi de reojo y seguí de largo, con el día que llevaba ni putas ganas de fingir simpatía. Él salió corriendo y me paró en la esquina FUERA de la escuela, o sea, me quedó clarísimo que estaba ahí sólo por si me veía. Era más alto de como lo recordaba, igual de feo el muy cabrón. Saludé como si nada, con una sonrisa que me costó horrores poner, pero cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que él venía con una expresión muy seria:
- Hey, ¿qué tal? - le digo.
- Bien. ¿Todavía sigues ocupada? - me suelta como si le debiera algo.
- Pues sí, ya te dije que no salía mucho. ¿Qué tal la uni? - intenté cambiar de tema.
- Sólo me quedaba una asignatura y ya he hecho el examen, puede que haya terminado.
- ¿Y cómo te salió?
- Más o menos. Al menos podrías contestar a los mensajes, ¿no? - (Tuvo que sacar el tema otra vez y encima con tono exigente, la cosa pintaba mal)
- Es que no tengo saldo - (mentira) - Y pensé que recargar para decirte algo que ya te había dicho era tontería, total, para escribirte que sí seguía ocupada... - (¿Haces el favor de enterarte de que paso de ti, puto friki de mierda?)
- Pues deberías haberlo hecho, aunque sólo fuese para decirme eso - (Un momento, ¿me estás diciendo lo que tengo que hacer?)
- Venga, adiós - (No me toques más los huevos que no está el horno para bollos)
Me fui descojonándome pensando en la situación tan surrealista que acababa de vivir, pero entonces empecé a cabrearme: ¿Me estaba reclamando no haberle contestado a un puto sms? ¿Me estaba hablando con tono serio y exigente sin a penas conocerme? ¿Por qué tenía yo que aguantar semejante reclamo de un tío que me importa menos que una mierda cuando de mí han pasado mil tíos de la misma manera y nunca he ido a echarles nada en cara? Además, podía imaginar cómo había vuelto a la escuela todo gallito, diciéndole a sus amigos que me había dejado las cosas claras y me retorcía por dentro. ¿A qué coño venía esa actitud de suficiencia? Y para colmo de los colmos, ¿por qué tenía que escupirme cada vez que hablaba conmigo? ¿Y por qué coño llevaba puesta siempre la misma camisa? ¡Que saque algo de sus 400 euros anuales para comprarse otra, hostias! ¡Qué asco, por Dios! ¡Qué ganas de matarle! Así que decidí hacer algo,a sabiendas de que luego me arrepentiría porque mi cabeza no me deja nunca tranquila, pero por una vez no me iba a quedar con toda la mierda dentro mientras él me había dicho lo que pensaba a gusto. ¿Quería ser sincero? ¡Pues toma sinceridad! Le envié este sms:
Acabo de recargar sólo para decirte que estoy ocupada, como tú querías. Me parece superfuerte que hoy hayas hablado conmigo para reclamarme por no contestarte. Ni te molestes en saludarme la próxima vez que me veas, de verdad, no me interesa.
El primer mensaje que tenía en mente era cien veces más duro, pero me contuve porque mi madre me bajó los humos (no le conté la historia tal cual, ni siquiera sabe que quedo con gente que conozco por ahí, para ella eso no es normal) Quizás lo de no volverme a saludar es desproporcionado, pero así me libro de tener que pararme dos veces en semana y fingir que me cae bien (y evito que me escupa, de paso), mato dos pájaros de un tiro. Él friki responde:
Pero y eso? Sólo estaba de cachondeo, no te lo dije con la idea de reclamarte nada. Siento que te lo hayas tomado así, de verdad que no era mi intención.
¡Ah, bueno! ¡No era tu intención! Entonces perdona, ¡no te jode! ¿Ni siquiera vas a ser lo bastante hombre como para asumir las consecuencias de tus palabras? ¿No vas a conservar el poco respeto que tenía por ti? Y no fue de cachondeo, juro que no puso siquiera una media sonrisa, pero claro, está muy bien decir ahora que fue una broma y dejarme como la mala de la película y no asumir la culpa de nada... Muy bonito, sí señor. Y reconozco que ayer después de las clases de italiano me quedé diez minutos esperando en el baño para asegurarme de no encontrármelo. Sé que es patético, pero verlo algún día lo voy a ver, por lo que es mejor que sea cuando yo no esté histérica, aunque con suerte hará caso a lo que le dije y pasará de mí. Ahora bien, como nunca sé si lo que hago está bien o no, lo someto a votación popular. ¿Creéis que me he pasado? ¿Debería haberlo ignorado y ahorrarme el disgusto?
Hoy peso 59. Después de cuatro días comiendo sin parar (de sábado a martes) los daños no han sido tan brutales. Lo que tengo clarísimo es que el ejercicio es la mejor rutina que puedo tener ahora mismo, aunque estoy un poco acojonada porque esta semana me viene la regla y no sé si me va a dar por comer y encima reposar. Y para más inri, se acercan las cenas de Nochebuena y Nochevieja... Hoy tampoco fui a clase, sigo sin estar de humor.
Edito: Acabo de recibir este sms del friki:
¡Hola! ¿Aún sigues cabreada conmigo? Te lo estás tomando muy a la tremenda, ya te digo que sólo era un comentario inocente, no estaba reprochándote ni echándote nada en cara. Pero si tanto te ha molestado te pido disculpas de nuevo, de verdad que no quiero que acabemos así por un malentendido.
Yo soy de las que cuando toma la decisión de pasar de alguien, lo hace para siempre: ni mensajes, ni llamadas, ni toques ni mierdas, pero necestio que me digáis si debería contestar para zanjar el tema de forma diplomática o paso de todo y dejo las cosas como están, ya que al fin y al cabo no quiero volver a ver a ese tío jamás... :S