Me invade una sensación de caos constante... No sé poner límites... Idealizo a las personas aunque las acabe de conocer... Mis relaciones personales se caracterizan por su inestabilidad... Vivo en los extremos de la realidad: en un TODO o NADA , en una ingenua credulidad o una desconfianza paraonoide, en el AMOR o en el ODIO... Intento autodestruirme desesperadamente...

miércoles, 4 de junio de 2014

GeNtE FeA y GeNtE gUaPa

No solo soy yo. Somos muchas las que dejamos que nuestra percepción de la belleza la decida una persona completamente ajena a nosotras. Si una noche salimos y ligamos, significa que somos guapas y que quizás hemos adelgazado. Si no se nos acerca nadie, en cambio, es que debemos de ser más feas que pegarle a un padre. Y no es así. La belleza es subjetiva y depende de muchos factores.

El otro día salí de mi casa muy contenta. Llevaba algo de maquillaje: sombra, rímel y colorete y me había peinado algo más de lo habitual porque ya no tenía clase y disponía de tiempo libre. Me puse unos vaqueros y camiseta básica y, contra todo pronóstico, me sentía guapa. En la calle noté cómo algunos chicos me miraban, por lo que pude corrobar que mi impresión anterior era acertada. Estaba guapa, coño. Al rato me llamó mi prima (sílfide de 1.75 cm, 50 kg, esteticista y peluquera -siempre impecable-) para quedar un rato y allí que fui. De repente todas las miradas se centraron en ella... ¡Me había vuelto invisible! Los hombres se giraban cuando la veían pasar y yo me fui sintiendo cada vez más miserable. Si ya no me miraba nadie, obviamente no estaba tan guapa, ¿no? En esto que voy a la barra a pedir y ella se aleja para coger mesa y... ¡milagro! ¡Los hombres volvieron a mirarme! Incluso uno se acercó a tontear. ¿Qué mierda estaba pasando? Pues está muy claro, no hay gente fea o gente guapa (dentro de unos parámetros, a ver...), lo que hay es mucho gilipollas, mucha inseguridad y una relatividad como la copa de un pino. Punto. Yo fui exactamente la misma durante toda la tarde: mismo peso, misma ropa y mismo peinado, pero si pones a un pato al lado de un cisne, ¿qué es lo que vas a mirar? No significa que el pato no sea también una monada, pero en comparación siempre va a salir perdiendo. Eso es así.

Pude ver que pasaba algo parecido la noche que celebraba el fin del curso académico. Mis compañeras iban todas monísimas con taconazos y vestiditos. Cuando estábamos bebiendo en el parque, se pusieron a cantar y a armar escándalo. Se acercaron unos tíos en plan Mujeres y Hombres y Viceversa y se pusieron a hablar con ellas. Yo estaba sentada con unas chicas igual de guapas y arregladas, pero en este caso no llamaban la atención porque estaban actuando de forma comedida y lo que buscaban esos chicos era cachondeo. No eran más ni menos feas, simplemente no eran las más llamativas del grupo.

CONCLUSIÓN:

Que le den a los cisnes, de ahora en adelante solo me voy a juntar con patos. No seré yo la que ayude a otras a subir su ego.