Me invade una sensación de caos constante... No sé poner límites... Idealizo a las personas aunque las acabe de conocer... Mis relaciones personales se caracterizan por su inestabilidad... Vivo en los extremos de la realidad: en un TODO o NADA , en una ingenua credulidad o una desconfianza paraonoide, en el AMOR o en el ODIO... Intento autodestruirme desesperadamente...

miércoles, 30 de julio de 2014

PaSaDo, PrEsEnTe y A tOmAr PoR cULo

PASADO: Hace dos meses quedé con Sam y sus amigos. Fue una noche genial, de esas en las que te coges un pedo de la hostia porque quieres, porque decides salir de tu casa y beber hasta reventar y, sobre todo, fue genial porque todos íbamos en el mismo plan. A sus amigos los conocía poco y encima las veces que los había visto casi no me habían dirigido la palabra, porque ellos son de esa clase de gente, de los que tienen su grupo de amigos y
no necesitan sociabilizar. Pero esa noche éramos solo nosotros y yo en círculos pequeños gano confianza y soy capaz de hablar más. Nos reímos muchísimo, estuvimos vacilando casi todo el rato, fue perfecto. En esto que Sam se puso a jugar al futbolín con uno de ellos y yo me quedé con el otro, que me pasó la mano por la cintura. Amo que me hagan eso, me pierde, así que le sujeté la mano y nos sentamos juntos. El tío pasó a acariciarme la pierna y pensé que sí, que me liaba con él porque me apetecía. Pero entonces vi a Sam justamente en frente, que dice que solo quiere mi amistad, aunque yo no me lo haya creído nunca del todo, y que me queda poco en mi ciudad,que me voy de Erasmus en breve y que por qué iba a hacerle algo así. Paro al tío, que tampoco se sorprende ni insiste (al fin y al cabo siempre que me ha visto ha sido con Sam, ni sabrá qué hay entre nosotros) y me quedo desconsolada. Me cojo un taxi con Sam para volver a casa y con la borrachera que llevaba, me besa. Craso error. Ya se lo había dejado claro antes, que él y yo nunca podríamos ser nada, y se lo vuelvo a recordar. Me bombardea a mensajes pidiéndome perdón y autoflagelándose, algo totalmente innecesario, y me siento guapa y deseada porque dos chicos se han intentado liar conmigo la misma noche, aunque también algo triste porque el único amigo que tenía acababa de confirmar que no quería solo mi amistad. No lo he vuelto a ver, no me ha escrito en dos meses y sabe que me voy en septiembre. Duele que no quiera verme más solo porque sabe que no voy a liarme con él.

PRESENTE: Como definitivamente me voy a Austria de Erasmus (si el gilipollas del decano no me toca mucho los cojones), tomé la decisión de ir lo más delgada posible. Sin locuras, solo estando a dieta estricta (como no tengo amigos, no tengo que preocuparme por salir y beber y comer) y haciendo ejercicio. Iba de puta madre hasta que a mi familia le dio por hacer un puto asadero. Normalmente no voy porque no soporto a nadie, pero me quedé sin excusas y pensé que así también podría despedirme. Mi plan era ir al mediodía ya comida, hacer acto de presencia y largarme sin devorar, pero todo me salió mal, no pude ni desayunar en casa y acabé comiendo de todo. Desde entonces llevo tres días sin parar. Había bajado de 68 a 64 kg y, tras estar domingo, lunes y martes comiendo de más, hoy vuelvo a estar en 67 kg. En TRES PUTOS días. Asco de vida y asco de todo. Me veo incapaz de retomar la dieta y todo por una mierda de asadero al que ni siquiera quería ir.

FUTURO: Se supone que debería estar pletórica por el viaje, por irme al fin de esta casa que se me cae encima, por ir a un lugar donde voy a conocer gente y sociabilizar (no como aquí, que paso los findes en mi habitación), pero en cambio estoy agobiada, aburrida, desganada. Voy con la pasta justa, a estas alturas no tengo ni billete ni casa allí, no sé cómo coño voy a meter todo lo que necesito en la maleta... Y necesito cosas para parecer medianamente guapa, voy a competir con chicas de veinte años, delgadas y sin complejos. Me encantaría poder ser natural, de esas que se levantan y están divinas con pitillos y el pelo sin peinar, pero ni de coña. Además tengo la idea de irme para no volver, aunque no acabe la carrera, aunque tenga que vivir debajo de un puente, aquí no tengo nada y aun así me resulta tremendamente doloroso irme. Siento que abandono a mi madre, que aunque tengo mis más y mis menos (sobre todo mis menos) con ella, es buena persona. Y siento que tengo demasiadas expectativas, que no haré tantos amigos como debiera porque soy demasiado mayor para estar de Erasmus, que voy a ser un bicho raro y encima sin un pavo. No tengo esperanza en la vida. No creo que me vaya a ir bien de ninguna de las maneras. Quizás la vida no sea para todo mundo.