Estamos preparándolo todo para hacer una fiesta este viernes. Todos los pubs están cerrados en este país al ser Viernes Santo por ley (¿?), así que toca quedarse en casa de una de mis amigas toda la noche. Cenaremos (mejor dicho, cenarán porque ya avisé de que no pienso meterme ni una aceituna en la boca) y beberemos a más no poder, al menos yo porque esa reunión-cena-fiesta no va a haber quien la aguante si no estoy borrachísima. Estarán todas las chicas y el novio de una de ellas... ¿Qué pinta ése ahí? Ni puta idea, pero ya estoy acostumbrada a que todas las tías que conozco quieran incluir a sus parejas en cada uno de sus planes, como si se les fuera a acabar el amor si no se ven un puto día. En fin, desquiciante. Y juro que no lo digo porque esté loca y mi cabeza no funcione con normalidad. Incluso si me curase (¿Puede una curarse de locura?), siempre pondría a mis amigos por delante de mi novio. Pero como soy la única que piensa así, acabaré:- Sin amigos porque todos estarán casados y tendrán hijos y harán sus vidas aburridas de casados con hijos mientras yo viajo por el mundo y me emparanoio hasta morir.
- Rodeada de amigos casados y con hijos que me contarán sus aburridas historias de casados con hijos, por lo que decidiré pegarme un tiro antes que tener que soportar otro puto segundo más escuchando esa basura.
Lo que estaba diciendo es que espero que no sea una mierda de noche, que la gente me siga el rollo y beba hasta vomitar, que hagamos muchos juegos con alcohol y que por favor no acaben hablando de sexo como todas las malditas noches porque ya me aburren. No saldré el sábado y el domingo será plan tranquilo de cena (otra vez, que pesaditos son con lo de comer, coño) y peli, así que tengo depositadas todas mis esperanzas de juerga en esa fiesta. Joder, me voy a morir del asco.


¡¡Estoy atacada!! Con la cantidad de putadas que me pasan, no sé cómo todavía no me ha partido un rayo o me ha atropellado un coche, coño, si esas cosas ocurren todos los días a gente que quiere vivir y mientras tanto yo, akí, desquiciada. Esta mañana me levanté mala, tuve que trabajar una hora más que de costumbre, no pasó el autobús que tenía que coger, así que esperé media hora bajo la lluvia y cuando llego al McDonald's empapada hasta los bolsillos, con el pelo a lo afro por el agua y los zapatos calados, me encuentro a tres maleducadas sentadas justo a mi lado (puta casualidad de mierda, mira que el establecimiento es grande y tuvieron que escoger ese sitio de los cojones) dando voces de manera inesperada a ver si consiguen asustarme (me parto, que chicas más divertidas, pero como estaba de mala hostia parecía un maniquí, no había quien me sacara de mis pensamientos de cabreo) En esto que una de ellas me pide disculpas y justifica a su amiga diciendo que le falta algo (claramente estaba de coña, pero pensé que al menos me había pedido perdón y que tendría más cabeza que las otras) cuando, de repente, esa misma chica arroja la bandeja al suelo dejando el lugar echo una pocilga y las tres salen corriendo por la puerta de emergencia con la alarma de seguridad sonando... ¿Y todavía me preguntas porqué no quiero formar parte de este mundo? Está bastante claro. 