A veces llega un momento
en que te haces viejo de repente,
sin arrugas en la frente,
pero con ganas de morir.
Paseando por las calles,
todo tiene igual color.
Siento que algo hecho en falta,
no sé si será el amor (puede que no)...
Me despierto por la noches
entre una gran confusión.
Es tal la melancolía
que está acabando conmigo.
Siento que me vuelvo loco
y me sumerjo en el alcohol.
He buscado en los desiertos
de la tierra del dolor
y no he hallado más respuesta
que espejismos de ilusión.
He hablado con las montañas
de la desesperación
y su respuesta era sol
o el eco sordo de mi voz.
(Celtas cortos)
Pues eso, que me analizo y comparo con el resto de gente que conozco y me doy cuenta de que mis gestos, mis expresiones y mis miradas son mucho más retraídos, tristes y vacíos que los de los demás... Me estoy convirtiendo en una vieja de 24 años, triste pero así es... Estoy amargada y lo reflejo por cada poro de mi cuerpo. No sé ni cómo no se dan cuenta de que tengo un problema: o finjo muy bien o pasan de mí como de la mierda...
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