Compras: ¿Por qué se me ocurrió ir de compras? De sobra sé que cada vez que voy de compras me deprimo y acabo comiendo todo lo que pille para paliar esa frustración. Y, claro, esta vez no podía ser menos: sesión de "eres un saco de grasa", seguido de "me compro algo bonito porque me lo merezco después de esto" y acabo con "voy a comer algo o me echo a llorar". Pero es que en D la moda es un desastre y encontrar unos pantalones decentes, que tengan tu talla, que te sienten bien y además no sean muy caros se convierte en una misión más que imposible!!!! Bah, total, me acabé comprando una camisa de puta madre y complementos a juego para salir de marcha.
Depresión: Y, como no, parada en McDonalds por el esfuerzo realizado (¿?) Lo sé, soy una imbécil, pero en el momento que estoy comiendo me olvido de todo... Claro, luego vienen los reproches, la sensación de increíble pesadez y el remordimiento. Pero es algo que nunca he podido evitar después de ir de comprar: me deprime que las tallas de los pantalones no sean iguales (no me lo explico, había tallas 42 que me quedaban grandes, otras me quedaban justas y algunas ni siquiera me subían de las rodillas!!! Una locura!), tener que mirarme al espejo y ver que la ropa no me sienta bien y encima aguantar a las putas sílfides del probador de al lado diciendo lo bien que les queda todo... Agggg!
Alcohol: La verdad es que ni siquiera pensaba salir, pero tener algo para estrenar es un aliciente muy efectivo... Noche de cerveza y más cerveza (mmmmm...) y baile y más cerveza y como no nos hemos metido bastante en el cuerpo... ¿por qué no vamos a comer algo? Y allí que fuimos, a las tantas de la mañana a comernos una hamburguesa (¿seré yo o la comida sienta mejor cuando estás borracha?) El problema es que yo no puedo parar ahí... Mis amigas se fueron a sus casas, se metieron en la cama y durmieron la mona, pero yo me despedí y me metí en otra tienda, compré más comida y al llegar a mi casa, me comí un yogurt como si estuvise hambrienta... ¡Si es que luego me quejaré! Pero bueno, lo hexo hexo está y mi cuerpo bien que lo disfrutó... Además conocí a un par de chicos durante el camino de vuelta a casa y me invitaron a su casa. No sé porqué dije que no, siempre he estado dispuesta a terminar la noche bebiendo con gente que no conozco, pero supongo que estoy tan cansada de estar currando toda la semana que ni me lo pensé. Eso sí, me subió el ánimo y encima un poco más tarde me encontré con una pareja y la chica se encaró conmigo muerta de celos porque su novio me había dicho no sé qué estupidez... Ay, a veces esas pequeñas cosas compensan, aunque sean ridículas y sepa por descontado que todos iban más borrachos que yo!!! Viva el alcohol que me saca de la depresión!!
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