¡Que no cunda el pánico, toda está bien! Ayer me dio un arrebato tonto, pero lo superé haciendo caso a Seda-Kat y esperándome a ver el resultado de la báscula hoy por la mañana: 64.5. Estupendo, no me quejo lo más mínimo. No es el kilo que se supone debo perder por semana, pero es un avance y realmente me toca pesarme los domingos, así que puede que mañana haya algún cambio (no muy grande, pero gramo a gramo se gana la batalla) No sé ni porqué se me ocurrió pesarme por la tarde después de haber estado comiendo y bebiendo muchísima agua, no lo vuelvo a hacer más, está claro que me alborota los pensamientos.
Ayer pude controlarme y no pecar cuando salí, pero es que encima había quedado para tomar algo después de la Escuela de Idiomas (me apunté a italiano, voy a darlo todo este curso ya que no curro... Jajajaja...) y acabamos en un sitio donde servían comida, así que me quedé mirando mientras mis amigos comían. Una puta mierda. Tengo dicho que si van a comer no me avisen porque no soy tan fuerte ni tengo tanta voluntad, pero nada, siguen empeñados en joder. Y ya no es que no comiera con ellos, es que no cené sino dos tortitas de maíz insignificantes porque no pasé por casa... ¡Qué estrés!
Se supone que hoy quedé con mi prima (ya he hablado de ella aquí) y por eso era tan importante para mí haber bajado algo de peso. De hecho, la vi hace dos semanas y me dijo de salir ese mismo finde, pero yo en mi retorcida cabeza me inventé una excusa y pospuse la fiesta hasta hoy, sólo con la esperanza de salir un poco más delgada. ¿Alguna vez habéis hecho algo así? Sé que suena ridículo e infantil y en realidad nadie nota la diferencia entre hace dos semanas y hoy en mi cuerpo, pero pensé que me sentiría un poco más segura (qué va, me siento igual) Además, me voy a permitir dos cervezas, sólo dos porque no voy a cenar, así que supongo que no se producirá una catástrofe mañana.
Ayer pude controlarme y no pecar cuando salí, pero es que encima había quedado para tomar algo después de la Escuela de Idiomas (me apunté a italiano, voy a darlo todo este curso ya que no curro... Jajajaja...) y acabamos en un sitio donde servían comida, así que me quedé mirando mientras mis amigos comían. Una puta mierda. Tengo dicho que si van a comer no me avisen porque no soy tan fuerte ni tengo tanta voluntad, pero nada, siguen empeñados en joder. Y ya no es que no comiera con ellos, es que no cené sino dos tortitas de maíz insignificantes porque no pasé por casa... ¡Qué estrés!
Se supone que hoy quedé con mi prima (ya he hablado de ella aquí) y por eso era tan importante para mí haber bajado algo de peso. De hecho, la vi hace dos semanas y me dijo de salir ese mismo finde, pero yo en mi retorcida cabeza me inventé una excusa y pospuse la fiesta hasta hoy, sólo con la esperanza de salir un poco más delgada. ¿Alguna vez habéis hecho algo así? Sé que suena ridículo e infantil y en realidad nadie nota la diferencia entre hace dos semanas y hoy en mi cuerpo, pero pensé que me sentiría un poco más segura (qué va, me siento igual) Además, me voy a permitir dos cervezas, sólo dos porque no voy a cenar, así que supongo que no se producirá una catástrofe mañana.