Ya lo había pensado: Erasmus no es una experiencia alucinante por el simple hecho de ser Erasmus. Lo es porque para la mayoría es la primera vez que salen de sus casas, la primera vez que viven solos, que sienten la libertad y no tienen que dar explicaciones a sus padres, además de conocer a mil personas con las que creen tener una conexión de la hostia porque atraviesan la misma situación. Para mí no hay nada nuevo, de hecho tener que conocer a gente que sé que no voy a volver a ver en mi vida en seis meses me da bastante pereza. Erasmus es la misma mierda de siempre, pero en Austria.